Antonio Gaudí (Reus, 1852 – Barcelona, 1926) fue un arquitecto español cuya obra se inscribe dentro del movimiento del Modernismo Catalán. Nacido en el seno de una familia de caldereros, se trasladó a Barcelona para estudiar arquitectura, graduándose en 1878.
Inicialmente colaboró con renombrados arquitectos de la época, como Josep Fontseré; posteriormente, iniciaría su carrera en solitario. Su actividad profesional se desarrolló en Barcelona, que a finales del s. XIX vivía un momento de auge económico, teniendo a la nueva burguesía enriquecida como mecenas del movimiento.
Las obras iniciales de Gaudí eran mezclas y reinterpretaciones de estilos históricos, sobre todo de los medievales Gótico y Mudéjar. Una de las constantes de su obra son las formas curvas y orgánicas, naturales, vegetales y animales, en las que encontró una fuente de inspiración.
Gaudí también diseñó mobiliario que formaban parte de sus construcciones. Entendía la arquitectura como un arte integrador, simbólico y total. Buscaba la luz y el color, y en sus edificios tienen cabida otras artes.
La Exposición Universal de París de 1878 supuso el principio de su fama. Allí conoció a uno de sus mejores amigos, Eusebio Güell, su principal mecenas junto con la burguesía y el mundo eclesiástico.
La obra de Gaudí se puede dividir en dos etapas. Una primera historicista, que va desde 1883, hasta 1900. La primera construcción es la Casa Vicens, de estilo hispanoárabe, decorada con azulejos y con mocárabes en sus techumbres. Siguiendo una estética gótica realizó el Palacio Güell (1886-91), el Colegio Teresiano (1888-90), el Palacio Episcopal de Astorga y la Casa de Los Botines en León.
Entre 1898 y 1904, dos construcciones marcan un cambio en su estética, Bellesguard (Bella Vista) y la Casa Calvet. Desde 1900 hasta 1917 se produce la segunda y gran etapa de la obra del artista, la modernista. En el Parque Güell, se evidencian sus inquietudes por los valores arquitectónicos y estéticos de carácter libre y de gran fuerza cromática.
En la Casa Batlló (1904-1906), el Modernismo de Gaudí alcanza su plenitud. La fachada, ondulada verticalmente, está revestida de fragmentos de vidrio y cerámica de diferentes colores. La parte baja del edificio fue sustituida por unas formas ondulantes talladas en piedra, que integran los balcones, y en los que se ven unas delicadas columnas con temas florales.
Entre 1906 y 1910, Gaudí realizó, la Casa Milá, o La Pedrera, con una fachada que fue concebida como una gran masa de piedra ondulante sin líneas rectas. En el tejado utiliza formas abstractas y vanguardistas que sirven de accesos, chimeneas o puntos de ventilación.
Desde 1917 y hasta 1926, año en que Gaudí murió atropellado por un tranvía, dedicó todos sus esfuerzos al gran templo de La Sagrada Familia. En esta obra inconclusa tomó elementos y estructuras del pasado, pero sobre todo dejó rienda suelta a su imaginación, creando un monumento lleno de personalidad, hoy símbolo de Barcelona.
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1 Comment
Sushi Vegetariano
19/06/2019 at 3:13 pmUn artículo muy completo e ideal para los que nos gusta la originalidad, ya sea en arquitectura como en comida.