Uno de los componentes más importantes a la hora de hacer un proyecto de interiorismo es el color, ya que dependiendo de la luz natural o artificial del espacio, la interacción con otros elementos de este, e, incluso, la superficie en la que es aplicado, la percepción que tenemos de un color puede cambiar y hace que, una vez situado, sea completamente distinto.
Estos errores pueden ser evitables con una herramienta muy útil: la carta de colores. La carta de colores es un muestrario que un fabricante realiza y nos facilita, de tal forma que los colores que se muestran son una aproximación lo más fiable posible al color final. A cada uno de los colores que se muestran se le asigna un código que lo identifica del resto. En estas cartas quedan reflejados todas las tonalidades y gamas que el fabricante ofrece y nos permite decantarnos por las que más nos gustan.

Imagen vía: Pantone Web

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Existen infinidad de cartas de colores, ya que, normalmente, las grandes empresas diseñan las suyas propias con un límite de colores propios y únicos. Algunas están más destinadas al mundo del diseño gráfico, de la impresión, del mundo textil, de la decoración o de la arquitectura, y están definidas por sistemas propios estandarizados.
Las cartas de colores más famosas son:
- La carta Pantone, que elabora el Instituto Pantone, dirigida principalmente al mundo internacional del diseño gráfico y de la impresión.

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- La carta RAL, que es la más estandarizada para pintura, revestimientos, y arquitectura. Se creó en 1927 por la Comisión Imperial de Condiciones de Entrega y Aseguramiento de la Calidad del Instituto Alemán para la Garantía de Calidad y Certificación. Idearon una colección homologada de cuarenta colores bajo el nombre de “RAL-840” basada en una secuencia numérica. Después unos años revisó, unificó y amplió a 210 colores y se pasó a llamar “RAL 840-HR”, que es la que se utiliza en la actualidad desde 1961.

Imagen vía: RAL Web
- La tabla de colores NCS (Natural Color System), utilizada en el mundo industrial. Fue desarrollada por el Instituto Escandinavo del Color en 1960 y está basada en la teoría de Ewald Hering, que reduce todos los colores visibles a la mezcla de los cuatro únicos: amarillo, rojo, verde y azul, más el blanco y el negro.

Imagen vía: NCS Web
Si estás eligiendo un color para un elemento, te aconsejo tener a mano una carta de color, incluso cuando lo estés aplicando, ya que es normal tener dudas entre varios. Lo recomendable es hacer pruebas de color antes de llevar a cabo el cambio, o tener muestras grandes proporcionadas por la marca para hacerte una idea de cómo queda el color en una superficie más amplia. Puede que la tarea sea más lenta y compleja, pero el resultado será infinitamente mejor.

Imagen vía: Prisa Web
Y tú, ¿sabías ya lo que eran las cartas de color? ¿Has tenido algún problema por no utilizarlas?
1 Comment
Katherine
13/06/2020 at 7:06 amHola! Me pueden ayudar con una duda, cual es la carta de color para las telas? Se puede cualquier marca, no comprendo mucho la diferencia entre la carta de pintura y la del textil. No funcionan los mismos colores?
Muchas gracias por su colaboración!!