‘Moodboard‘ es la expresión inglesa para denominar a lo que llamamos panel de inspiración o collage inspiracional. Es una técnica creativa que sirve para establecer rápidamente el universo visual de un proyecto.
Cualquier proyecto que vaya a tener una representación visual se puede crear a partir de un moodboard, ya que ayuda a construir las bases de la identidad visual antes de entrar en el diseño propiamente dicho. Este está formado por una recopilación de fotografías, texturas, dibujos, colores, frases, bocetos, tipografías, materiales, objetos… Cualquier cosa vale con la única condición de que sean cosas que inspiren y que tengan relación con la idea que quieres transmitir.
También hace más divertido en proceso creativo y de documentación, da claridad de ideas, permite visualizar el camino a seguir, ayuda a encontrar un estilo y es una muy buena forma de que un equipo vaya en la misma línea de creación.
Antes de crear un moodboard debes tener en la cabeza una idea básica de lo que quieres conseguir. El moodboard sirve de foco e inspiración, y marca las pautas posteriores, pero previamente debes haber definido la misión, los valores y al público al que te diriges. También es una buenísima forma de filtrar ideas, no debes incluir todo lo que te gusta en ese momento, sino lo que crees que va a funcionar en ese proyecto. Para crear un buen moodboard puedes guiarte por estos puntos:
- Título y palabras clave. Tienen que transmitir lo que tú tienes en mente. No hay que pasarse con el número de palabras, intenta limitarlas a un máximo de cinco que expresen lo esencial.
- Elegir un soporte. Los moodboards pueden ser físicos o digitales. Como ejemplo de soporte físico puede ser un corcho, una cartulina, un cuaderno, una tela, la misma pared o el suelo. Si lo haces de forma digital hay muchos programas de los que puedes beneficiarte. Ten en cuenta que el físico te llevará más tiempo y espacio que el digital, así que deberías adaptar tu moodboard en base al proyecto.
- Recopilación coherente. Haz una selección con todas aquellas cosas que te inspiren y transmitan lo que deseas guiándote por tus palabras clave: imágenes, retales, colores, materiales, objetos, etc. No te quedes con cosas solamente relacionadas con tu producto, mira hacia otras disciplinas y añade elementos que pienses que aportan.
- Filtrado. Ve moviendo componentes para quedarte con lo que más te gusta o te inspira. Verás que hay elementos que expresan mejor tu proyecto que otros. No tengas miedo de deshacerte de estos últimos, ya que no se trata de incluir absolutamente todo. Ten cuidado, todo ha de estar en sintonía.
- Colocación. Ve colocando los elementos de tal forman que se vean bien y que queden de forma estética y atractiva visualmente. Ha de ser rico en componentes, pero conviene que tengas en cuenta la importancia de los espacios en blanco, no hace falta que esté completamente saturado de cosas. También tiene que estar bien enmarcado, ya que seguramente se lo quieras presentar a tu cliente.
- Guárdalo. Haz una foto o ten el archivo del moodboard siempre a mano para poder consultarlo cuando tengas dudas en cuanto al proyecto.
¿Conocías ya este sistema? ¡Ahora que ya tienes todas las herramientas, pon en práctica tus moodboards!
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