Alojado en un edificio histórico construido en el siglo XVIII por el arquitecto Nicolas d’Orbay para Etienne Rivié, consejero del rey Luis XV de Francia, el nuevo hotel The Hoxton sigue teniendo la apariencia majestuosa de antaño.
Cuatro años de obras fueron necesarias para dar una nueva vida a esta joya del patrimonio parisino que se había transformado en una fábrica de confección antes de estar abandonada durante 10 años.
Los espacios comunes conformados por el lobby y el restaurante fueron diseñados por el equipo de Soho House. Las características arquitectónicas de origen fueron preservadas como la escalera en espiral del siglo XVIII y el suelo de piedra que vincula el lobby con los patios interiores. Rodeado de vegetación, el jardín de invierno es un área encantadora que invita a descansar en un ambiente casual pero chic.
El restaurante donde ya hay mucho happening –en particular los fines de semana con DJ incluido– fue decorado con paneles de madera y de mármol, así como piezas de mobiliario y una iluminación de inspiración francesa, creando un look contemporáneo e intimista. En el nivel superior, el bar Jacques es una invitación a viajar con su parquet, sillones club, papel de pared floral y techo vintage.
En las 171 habitaciones, los arquitectos de interiores del dúo Humbert & Poyet fusionaron el espíritu clásico parisino del final del siglo XIX con la atmósfera de los años 50 de los pequeños ateliers industriales. Las cornisas, el parquet “Point de Hongrie”, las lámparas Gras, las paredes con mallas de latón y las referencias a diseñadores como Jean Prouvé y Mathieu Matégot rinden homenaje al savoir-faire artesanal y al estilo francés, además de vincular pasado y presente. Este sutil diálogo histórico se refleja también a través de los baños que fueron concebidos como cajas multifunción (guardarropa y oficina) en hierro.
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