El movimiento Tiny House es una forma popular de referirse al movimiento arquitectónico y social que defiende vivir en casas pequeñas y de manera sencilla. En 1997, Sarah Suzanka publicó su libro The Not So Big House (Una casa no tan grande), y es a ella a quién se le atribuye haber iniciado el movimiento de las mini viviendas. Anteriormente otros autores habían propuesto el tema, como Lloyd Kahn, Lester Walker o Henry Dvid Thoreau.
Mientras que en la mayoría de los países desarrollados el tamaño de las viviendas se ha ido reduciendo, en algunos el tamaño de la vivienda familiar se ha incrementado. Es el caso de Estados Unidos, en donde el tamaño promedio de las nuevas viviendas unifamiliares en los últimos años ha crecido. Es por esto que el movimiento de las tiny houses y de las posibilidades que ofrece, se ha vuelto tan popular. Se considera una mini vivienda a casas de menos de 45m², llegando incluso a poderse vivir en 8m². Las tiny houses sobre ruedas las popularizaría Jay Shafer, quien diseñó y vivió en una casa de apenas 9m².
Con la crisis financiera del 2007, el movimiento atrajo mayor interés, puesto que ofrece viviendas accesibles, los precios varían entre los 20 mil y los 50 mil dólares, con menor gasto de mantenimiento, además de ecológicas.
En otros países este fenómeno también ha calado. En Japón el espacio suele ser un bien preciado y escaso, construyeron La Casa Para Atrapar el Cielo (House to Catch the Sky), una casa para cuatro personas con 86m². En Austria, Peter Jungmann ha diseñado y construido el UFOGEL, una mini vivienda que funciona como hotel, con 45m², y capacidad para 8 personas.
En Barcelona, Eva Prats y Ricardo Flores presentaron su Casa en una Maleta, con 28m². Y en Inglaterra, Abito desarrolló una serie de apartamentos inteligentes de 33m². El arquitecto británico Richard Horton, en colaboración con la Universidad Técnica de Múnich, desarrolló la Casa Micro Compacta (M-CH), un cubo de 7m² diseñado para 1 o 2 personas que cuenta con espacios funcionales destinados a dormir, trabajar, comer, cocinar y practicar la higiene.
¿Cuáles son los pros de las tiny houses? Las casas tradicionales son más costosas en términos de construcción, impuestos, mantenimiento, climatización y reparación. Además, permiten reducir el impacto ecológico. Enfatizan el diseño y la optimización del espacio, y generalmente, cuentan con mobiliario multifuncional e incorporan equipos y tecnológicamente más avanzados para poder ahorrar espacio. La optimización vertical es muy común en las mini viviendas.
¿Cuáles son los contras? Normalmente los códigos de construcción exigen para las viviendas un tamaño muy por encima del tamaño promedio de las mini viviendas.
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