En el mundo de la moda todo tiene una historia que contar; en esta ocasión vamos a descubrir cómo surgió el teñido de las telas.

Una historia que se remonta a tiempos remotos como el Neolítico ( 8000 a.C) donde ya se usaban tintes solidificados, también podemos encontrar jeroglíficos egipcios que explican la extracción y aplicación de los tintes. El teñido de tejidos se utilizaba en las civilizaciones antiguas como China, Persia, India y Egipto tanto para sus vestimentas como para las vendas de las momias.
El arte del teñido también se utilizaba en civilizaciones europeas como la romana y la griega; especialmente entre la clase alta; así las túnicas que llevaban los romanos más poderosos se teñían de color púrpura; extraído de una especie de molusco que finalmente se extinguió.

Y te preguntarás: ¿de dónde sacaban los diferentes colores de tinte?, la respuesta: la naturaleza. Los tintes eran naturales y se extraían de plantas y animales. El poder conseguir que los colores de la naturaleza se pudieran plasmar en los tejidos fue un gran logro y avance humano.
Se utilizaban hongos, minerales, animales invertebrados, raíces o incluso la orina de algunos animales. Los primeros colores que surgieron en el Neolítico con las primeras civilizaciones como Egipto y Mesopotania, encontrados en la zona del Mediterráneo fueron los tonos rojizos, marrones y naranja. Por ejemplo, el color rojo se extraía de la raíz de granza y del grana de cochinilla.

Después surgieron otros colores como el azul en Rusia, China Europa, Asia y Oriente Medio que se extraía de una planta: el glasto. Luego se sustituiría por el color índigo.
El color verde era más difícil de conseguir; ya que había que aplicar hierro a una tela teñida en amarillo o mezclar tintes azules con amarillo. Otro color que fue muy apreciado era el púrpura; extraído de unos moluscos; se le conoció como el púrpura del tiro y fue más valioso que el oro.

Y ¿cómo era el proceso de teñido? se basaba en colocar la tela en una vasija con agua y el colorante, ir calentándola hasta que el color se transfiera al tejido. Luego se le añadía un mordiente que ayudaba a fijar el color; pudiendo ser sal, vinagre o alumbre. Esta técnica se sigue desarrollando en la actualidad.

En la Edad Media se continúo usando los teñidos naturales, también comenzaron a aparecer gremios especializados en el arte de teñir, incluso surgieron las primeras academias y talleres. Esto daría lugar a que comenzara el sector textil y el teñido profesional de tejidos.

Además surgieron diversas técnicas como el shibori en Japón, el adire eleko en Africa occidental o el batik en Indonesia.

Pero el mayor cambio en la industria textil se produjo en el año 1856 cuando se creó el primer tinte sintético. Fue a manos del joven estudiante de química William Henry Perkin, que estaba intentando crear agua tónica, pero en cambio creo una solución de anilina sintética a la que llamo malveína o Malva de Perkin que daba como resultado un violeta intenso. Perkin además de hacerse rico con este descubrimiento, ayudo al resurgimiento de las casas de moda, y a poder crear tintes sintéticos de todos los colores. Actualmente existen más de 8000 tintes sintéticos.

Hoy en día, podemos encontrar tanto tintes sintéticos como naturales, los cuales últimamente van ganando adeptos, ya que son más compatibles con el medio ambiente.

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