Hoy vamos a hablar de uno de los mejores retratistas estadounidenses, además de fotógrafo de moda vanguardista; nos referimos a Irving Penn.
Para él, todo podía ser retratado desde un objeto cotidiano, una tribu o una celebriti de la época. La respuesta: consideraba que la fotografía y todo podía ser transformado en una obra de arte; incluso fotografiar un pastel.
Irving se convirtió en un verdadero maestro del retrato donde el blanco y negro se unían a través del contraste, la luz era dominada en un estudio con fondo neutro y el lema menos es mas ganaba. Retratos de personajes como Marcel Duchamp, Truman Capote, Marlene Dietrich, Dalí, Audrey Hepburn o Nicole Kidman.
Trabajó durante al menos seis décadas en la revista Vogue, comenzando en los años 40 con su primera portada innovadora por el uso de un bodegón con un bolso de piel, unos guantes, un pañuelo, una lámina con limones y una nota con un mensaje anunciando el contenido de la tirada: “ nuevos accesorios”. Esta portada le ayudó a consagrarse como fotógrafo en la revista hasta sus últimos días de vida.
A partir de ese momento, se dedicó a crear fotografías de moda vanguardistas; entre ellas la obra Girl behind a bottle; con una fuerte estética visual.
Además era un artista conectando la elegancia y lo grotesco de la naturaleza; dando como resultado maravillosas fotografías de bodegones o naturalezas muertas donde aparecían desde labios con instrumentos extraños que combinados creaban una obra de arte o frutas que aportaban belleza, textura y color. Sin duda, Penn fue el precursor del Still Life o fotografía de bodegón aportando un enfoque vanguardista.
Irving Penn fue uno de los mejores retratistas junto con Richard Avedon y Helmut Newton; que ha dejado un gran legado al arte fotográfico, por que para él “ una buena fotografía es aquella que cuenta algo, toca el corazón y cambia al espectador después de haberla visto.”
No hay comentarios