A veces los proyectos de diseño en edificios señoriales y nobles son más complicados de lo que parecen ya que debemos intentar respetar al máximo los elementos originales y con personalidad e incorporar nuestra nueva actuación y nuevos materiales.
A continuación os explicamos un ejemplo donde se consigue esta armonía entre lo antiguo y lo nuevo a la perfección y además con un presupuesto reducido.
El diseñador Tomás López Amat es el autor, junto al arquitecto Gorka Marcuerquiaga, de esta rehabilitación. Un proyecto que transforma la que era una antigua planta de oficinas del Ensanche Derecho de la Ciudad Condal en un pequeño aparthotel de 450 metros cuadrados y nueve apartamentos.
La gran calidad de los espacios y acabados interiores de la finca, con origen en el siglo XIX, y la premisa de reducir los costes al mínimo, hizo que la intervención se centrara casi exclusivamente en retirar los elementos añadidos, devolviendo a sus estancias su aspecto y dignidad original.
El nuevo programa se superpone a los espacios preexistentes, tratando de no alterar las estancias más nobles de la casa. Las cocinas y baños de cada uno de los apartamentos se plantean como grandes elementos de mobiliario que respetan y permiten seguir leyendo la configuración del edificio original.
Respetando y conservando los suelos y techos existentes, la intervención dota de autonomía a estas nuevas piezas, que se presentan como artefactos o microarquitecturas que habitan el antiguo edificio, habilitándolo para un nuevo uso. Con todos los servicios alojados en su interior, éstas aportan la necesaria escala doméstica, generando interesantes y cambiantes experiencias espaciales.
Diseñados a medida, los nueve módulos surgen de las necesidades específicas de cada uno de los nueve apartamentos. Una nueva distribución de espacios y usos, para la que se emplea un solo material: el tablero contrachapado de espruz de baja densidad, utilizado normalmente en el embalaje y transporte de maquinaria industrial.
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