Cinco sillas de diseño

A lo largo de la historia los artistas han creado piezas especiales de diseño. Obras que han marcado un hito y que son fuente de inspiración para cualquiera que se dedique al interiorismo y la decoración, y que estudiamos en el Curso de Diseño de Mobiliario y Ergonomía.

Piezas que marcan un antes y después en el diseño. En este post analizaremos cinco de las sillas más influyentes de la historia del siglo XX.

La silla Wiggle de Frank Gehry, creada en 1972, es una de las piezas con más premios internacionales de diseño. En su silueta fluyen las curvas realizadas con cartón corrugado. Su tacto es suave como la seda y no produce el efecto de estar sentado sobre una compleja estructura de cartón. Su aspecto parece más bien una escultura que un mueble, sin embargo Vitra decidió comercializarla en 1997.

Sillas Eames DSW y DAW, diseñada en la mitad del siglo pasado por el matrimonio Charles y Ray Eames, es quizás una de las más conocidas, replicadas e imitadas de la historia, erigiéndose como un icono del diseño. Por aquel entonces la producción de modelos procedentes en metal resultaba demasiado costosa. Los Eames crearon una adaptación “low cost” de estos modelos en fibra de vidrio, y como resultado del trabajo conjunto con Herman Miller nació la primera familia de sillas comerciales.

Caracterizadas por su revolucionario diseño compuesto por un asiento de carcasa única y patas inclinadas, son una combinación perfecta entre comodidad y diseño. Su forma curva y ergonómica se adapta totalmente al cuerpo humano y el conjunto de madera y alambre de la base aportan estabilidad a la silla y potencian su valor estético.

El sillón Orange Slice de Pierre Paulin, es una obra maestra del diseño moderno , con una forma elegante y redondeada en un pedestal redondo cromado. La Orange Slice tiene todas las cualidades de una cómoda silla moderna. Diseñada en 1960, Orange Slice es un icono atemporal. Sus rebanadas constan de dos piezas completamente idénticas de madera de haya prensada , cubierta con espuma , sobre una base tubular de metal cromado. La tapicería naranja puede darle cierto aire nostálgico,  sin embargo, una tapicería neutral puede ser una solución atemporal y un buen partido para los interiores de transición.

Silla Ball de Eero Aarnio, fue diseñada teniendo en cuenta una de las formas más rudimentarias, la esfera. La Silla Ball fue presentada en 1966 en el Salón internacional del mueble de Colonia con un gran éxito, siendo una de las piezas retro predilectas por el público y uno de los mejores diseños de la segunda mitad del siglo XX. La Silla Ball es una habitación dentro de otra habitación creando una atmósfera de recogimiento, muy diferente al concepto de silla que se tenía hasta entonces.

La Silla Barril de Frank Lloyd Wright, creada para la casa de Herbert Johnson como parte del mobiliario. Su diseño se caracteriza por una marcada simplicidad, inspirado en la forma de un barril. La silla esta formada por dos piezas, por un lado una estructura semicircular que integra las patas y los reposabrazos, por el otro un asiento circular revestido en cuero. Uno de los retos de Wright a la hora de diseñar la Silla Barril, fue realizar un mueble que se pudiera realizar en serie con los medios de la época.