El Pritzker Architecture Prize de este año ha sido para Rafael Aranda, Carmen Pigem y Ramon Vilalta, los tres componentes del estudio catalán RCR Arquitectes, fundado hace casi 30 años en Olot, su ciudad natal.
El jurado del Premio Pritzker Architecture reconoce que sus obras cumplen de manera admirable y poética las exigencias tradicionales de la arquitectura tanto por su belleza física como espacial. Pero lo que las hace distinguibles es el enfoque con el que crean edificios y espacios que son al mismo tiempo locales y universales.
Los tres componentes de RCR Arquitectes tienen una mirada atenta no sólo al contexto geológico o físico en cada una de sus obras, sino que saben dialogar con el entorno cultural y social que las circundaba.
Una de sus primeras obras destacadas, fue en el restaurante Les Cols, una rompedora propuesta muy adelantada a su época, que situó a Olot en la ruta contemporánea. Precisamente su tierra ha sido uno de los escenarios donde más han intervenido: el Estadio de Atletismo Tussols-Basil (también en Olot), la Casa Horizonte en La Vall de Bianya o las bodegas de la finca Bell-lloc en Palamós son prueba de ello. Pero también fuera de nuestras fronteras: el Crematorio Hofheide en la ciudad belga de Nieuwrode, el Museo Soulages en Rodez o el centro de arte y diseño La Cuisine en Nègrepelisse, todos en Francia. Gracias a ellos han conseguido el reconocimiento unánime de la comunidad internacional con nombramientos como el de Chevaliers de l’Ordre des Arts et des Lettres de la República Francesa (2008), el de los miembros honoríficos del American institute of Architects (2010) o, ahora, el premio más prestigioso de arquitectura, el premio Pritzker. Los premios les interesan, pero relativamente: “Los arquitectos somos soñadores y nuestra especialidad es hacer realidad esos sueños. Esta capacidad es nuestro verdadero patrimonio”, aseguraban hace tan solo un año en nuestro número 111.
Con una de sus última obras ya finalizadas, Enigma, el nuevo restaurante de Albert Adrià en Barcelona (inaugurado del pasado enero), 2017 ha sido el año del mayor reconocimiento para el estudio catalán. No podemos evitar sentir orgullo patrio al tratarse de la segunda vez que el premio Pritzker recae en un nombre español. Hasta ahora, solo el arquitecto Rafael Moneo era poseedor de este galardón.
Esta es la segunda vez que el Pritzker Architecture Prize reconoce la arquitectura española desde que Rafael Moneo lo recibiese en 1996.
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