La moda y el arte inevitablemente se unen a veces y son usados como forma de expresión íntima del artista, como es el caso de Vanessa Beecroft.
Italiana de nacimiento, estudió Arquitectura y Lingüística en Génova, su ciudad natal y más tarde se trasladó a Milán donde cursó Diseño en la Academia de Bellas Artes de Brera. Unos años más tarde se marchó a Nueva York donde vive y trabaja.
Esta artista multidisciplinar se dedica a crear perfomances, esculturas y fotografía, usando sobre todo la figura femenina.
Sus retratos en grupo engloban siempre a la mujer. Las modelos suelen llevar poca ropa, a ves una peluca y su actitud suele ser fría con una mirada distante que nos recuerda a un maniquí. Suelen estar inmóviles o se mueven por una sala sin ningún rumbo.
Para ella, las modelos son como obras de arte o imágenes. Podríamos considerar su trabajo como unas performances o esculturas vivas, pero también una forma de retrato de naturalezas muertas psicológicamente.
Su objetivo es mostrar una crítica a los estándares femeninos establecidos, por ello busca que las modelos tengan una actitud de aburrimiento, abatimiento y hastío como reflejo de la mujer real que esta obligada a ser perfecta.
Su primera performance estuvo influenciada por un diario que ella creo llamado El libro de la comida, donde anotaba todos los alimentos que ingería, debido a sus problemas de anorexia. Así influenciada por el control de la comida, por la imagen de si misma y la importancia de la estética femenina en la sociedad, invoco a treinta mujeres, las vestió con su ropa y desfilaron en una galería de Milán.
Destaca también la exposición A Blonde Dream donde aparecen mujeres modelos, actrices y de la calle llevando tacones negros, ropa interior y calcetines largos con pelucas rubias. Unas paseaban por la sala, otras sentadas; mostrando un momento aburrido donde no pasa nada. Todo esto se miraba por un pequeño marco rectangular que crea una composición estudiada; además de ser una critica a la belleza aria que se extendió en Alemania en el Tercer Reich.
Por último, ha trabajado para las marcas de ropa Yeezy, Valentino, Sisley, Tod’s o Louis Vuitton donde aparecen modelos de hombres y/o mujeres con esa mirada distante, propio de sus performances.
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