Hace unos días, vi una película que me inspiró debido a muchas razones; su historia y el mensaje que nos quiere hacer ver, el personaje andrógino de aires melancólicos pero a la vez apasionado y sensible, la puesta en escena, su estética cuidada y sus cambios de vestuario. El film se llama Orlando, y está inspirado en el libro de Virginia Woolf.

Antes de que leas este articulo, te recomiendo que veas la película. Por qué quiero hablaros del recorrido histórico que hace la película a través del vestuario, que nos enseña la moda cambiante desde la época isabelina del siglo 16 hasta finalizar en la época moderna del siglo 20. Durante todo ese camino, podemos ver también la evolución y la experiencia de vida de un personaje que no envejece ni muere.

Al principio aparece un joven andrógino Orlando con un vestuario típico de finales de la época Isabelina; era el siglo 16 y estaba en auge la moda española; aunque la corte inglesa lo adaptaba hacia lo ostentoso. El protagonista lleva un traje español basado en un jubón ( una especie de camisa rígida), unos gregüescos ( calzones cortos y abombados) junto a unas medias de seda. Y en otras escenas, aparece con una capa conocida como ferreruelo y un cuello golilla de cartón y seda.

Luego pasa al siglo 17, donde el vestuario se transforma; es más sobrio y oscuro; reflejo de una nueva moda; la holandesa. El traje holandés es negro con puños y cuellos blancos; símbolo del puritanismo de los protestantes.

Hasta llegar a la influencia de Luis 16 y aparece Orlando con pelucas largas y rizadas, rostro pálido y prendas en color blanco. Y llega el siglo 18, pero Orlando mágicamente se ha convertido en una mujer; y ahora descubre lo qué es ser mujer.

Orlando comienza a llevar vestidos de corté, se da cuenta de la incomodidad del corsé y de las grandes dimensiones de sus trajes que no le dejan moverse con libertad. Comienza a usar pelucas, piel empolvada, ojos y labios maquillados y sobre todo descubre los ideales que se tienen de las mujer en la sociedad y de las limitaciones de la mujer del siglo 18.

Llega el siglo 19, y Orlando sigue llevando vestidos que no le dejan moverse con libertad. La moda femenina no ha cambiado apenas. Y el film termina en el siglo 20, donde por fin Orlando puede caminar libre y cómodamente con unos pantalones.
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