Diseñar la cara visible de un tomo de 100 o 200 páginas definitivamente es una de las cuestiones que preocupan más a las editoriales. Depende de ésta la audiencia escogerá una u otra obra para consumir, experimentar y fantasear durante varias horas de su vida.
Una experta en diseño de portadas es Laura Thomas, una diseñadora de libros con sede en Melbourne con varios años de experiencia como diseñadora interna en Penguin Random House. Laura Thomas tiene una gran pasión por lo que hace y dice que disfruta del desafío de trabajar en muchos géneros y estilos.
Como ella, mucho diseñador de este sector piensa que hay unas pequeñas reglas que pueden hacer una gran diferencia. Te explicamos algunos para que te inspiren si un día decides dedicarte a este sector:
- Piensa como un lector, no como un escritor. Las imágenes de portada y el texto deben entenderse claramente. No debe ser algo ni demasiado conceptual ni demasiado obvio. Este es el modo en el que se venden más libros en la actualidad. Es decir, para saber cómo debería ser la portada de un libro, debes pensar en la audiencia, en quién lo va a leer.
- Si no se puede discernir la imagen o leer el texto en el tamaño en el que se mostraría en Amazon, entonces el lector tampoco podrá hacerlo. Hay que tener en cuenta criterios de marketing tan prácticos como este.
- Las portadas necesitan hacer que un lector ‘sienta’ algo en lugar de ‘contarles’ algo». La portada impacta, el libro es el que hará sentir. Deja que sea el contenido de la obra el que profundice en la idea que debes transmitir.
- Piensa en la portada como una pieza clave de un rompecabezas. Escribir un libro es como resolver un rompecabezas de 10.000 piezas. Después de escribirlo, la última pieza de este rompecabezas es encontrar el diseño que llame la atención de los lectores.
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