Podemos verlo en tiendas, en desfiles y en el fondo de las webs de las marcas que marcan tendencia. El rosa está de moda, tanto en interiorismo, diseño como moda. Por ejemplo, el rosa podemos verlo en la nueva imagen de REDvalentino, donde el rosa cuarzo es protagonista combinado con el dorado, blanco y maquillaje, una combinación romántica y dulce.
Pero no acaba ahí. Hoy nos centraremos en cómo un color de moda puede afectar a la producción de un producto y como los diseñadores nos debemos adaptar a estas tendencias. Por ejemplo, como ha sucedido con el vino rosa.
En los últimos cuatro años las ventas del Rosé seco han aumentado un 125%. Esta histeria nunca hubiera sucedido sin Internet, o específicamente, Instagram, que ha decidido que el rosa y todos los objetos que destaquen con este color, estarán de moda este año.
Gracias al vino rosado – que fue una vez el patito feo de bebidas alcohólicas- ahora ha florecido una gran amalgama de preciosos packagings que acompañan a la fiebre del rosa, un símbolo de la vida chic y veraniega, frívola y divertida.
La creciente popularidad del rosé ha dado lugar al boom de diferentes marcas de vino que buscan dejar su huella en la industria del vino rosa. Ahora se demuestra que una lata, con un buen diseño, relaizado con elegancia y sensibilidad, puede transmitir un producto de calidad.
Este es el resultado de que un buen packaging y una brillante comunicación nos puede hacer que veamos la vida en rosa otra vez.
Y es que el rosa, o como algunos lo llaman, el millennial pink, un tono de rosa cuarzo, está allá donde mires: en las redes sociales, en los escaparates, en la tele, en los videoclips y en películas tan de moda como “Pieles”, de Eduardo Casanova. Además, muchas firmas de moda, belleza y lifestyle lo están usando como estandarte de la modernidad ¿Te vas a sumar tú también a esta moda tan.. Chic?
¡Dale una oportunidad a este color que fue tan desdeñado durante el 2000!
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