Las cartas de grises son uno de los accesorios de fotografía más importantes que puede usar un fotógrafo, sobre todo su trabajo se desarrolla en un estudio. A lo largo de este artículo de Dsigno vamos a ver en qué consisten exactamente las cartas de grises y cómo se deben usar durante una sesión para que tengas las nociones más básicas. ¡Vamos allá!
¿Qué son las cartas de grises?
La carta de gris es un elemento usado en fotografía con el fin de conseguir una exposición perfectamente ponderada. También se usa para definir el balance de blancos, es decir, para obtener unos colores lo más definidos posible. Una de sus principales ventajas es que es algo muy sencillo de usar y muy económico de adquirir.
Se trata de una superficie lisa de un color gris neutro, del 18 % que se llama, y lo ideal es que refleje siempre el mismo porcentaje de luz, independientemente de su espectro. Las fotografías con más de 18 % de luz son sobreexpuestas, las que tienen menos son subexpuestas y las que tienen exactamente ese porcentaje son las que tienen una exposición adecuada.
Asimismo, las cartas de grises son un accesorio muy utilizado en fotografía de producto, ya que es necesario que los colores que se muestran en las imágenes sean totalmente fieles a la realidad.
¿Cómo se usan las cartas de grises?
Ahora que ya sabes exactamente qué es una carta de grises, veamos cómo usarla correctamente durante una sesión de fotografía:
- En primer lugar, coloca la carta de grises enfrente del objeto o la persona que vas a fotografiar. Tiene que estar lo más perpendicular posible.
- Después, debes elegir la medición matricial en el centro con el fin de conseguir una reflectancia media del 18 %.
- Luego, tienes que encuadrar la carta de grises para que ocupe toda la imagen en modo manual y ajusta la exposición a 0. Para que este encuadre sea más sencillo, cuanto más grande sea la carta de grises, mejor.
- Por último, solo queda comenzar a hacer fotografías consiguiendo la neutralidad de los colores que estábamos buscando.
Cabe destacar que hay que tener en cuenta que las condiciones lumínicas deben ser las mismas durante la duración de la sesión, independientemente de si es una luz natural, artificial o mixta. De lo contrario, hay que volver a ajustar la exposición y el balance de blancos con la carta de grises.
Las cartas de grises también sirven para hacer un buen balance de blancos. Para ello, tendremos que hacer el mismo proceso anterior y cuando hayamos conseguido una fotografía con el gris neutro que buscamos, le indicamos a la cámara que ese es el balance de blancos que queremos. En ese momento, lo tendremos guardado en la opción ‘balance personalizado’ para cada vez que lo necesitemos.
Como ves, las cartas de grises son un accesorio realmente importante en las fotografías de estudio. ¿Las has usado alguna vez? ¿Cuál ha sido tu experiencia? ¿Qué consejo le darías a un fotógrafo novato que está empezando a usarlas? ¡Cuéntanos en los comentarios!
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