Identificar una pieza original en diseño

En las artes plásticas la barrera entre los términos “original” y “copia” está clara: lo que no es original es falso, o, al menos, pierde parte de su valor de mercado. En el sector del diseño, sin embargo, estos términos se redefinen, ya que el producto se materializa en una producción en serie y virtualmente ilimitada. Es por ello que existen los términos comerciales “propiedad industrial”, “propiedad intelectual” y “derecho de explotación”.

Si observamos los grandes clásicos del diseño, piezas diseñadas en estos últimos cien años, las cosas se complican. Hay numerosas empresas que se dedican a fabricar y distribuir piezas icónicas, aparentemente originales.

Podríamos diferenciar dos grandes grupos dentro de las piezas originales de diseño: las antigüedades, objetos casi de coleccionismo de época, y las piezas nuevas producidas por empresas que sí tienen licencia para fabricarlas e, incluso, evolucionarlas; casas como Vitra, Gispen, ClassiCon, Knoll, Cassina, Artemide, Olivari, etc.

Aquí presentamos unos puntos para identificar una pieza original de diseño:

• Estructuras metálicas: las piezas originales normalmente se curvan utilizando una técnica especial de soldadura, y no simplemente curvando el tubo que le daría un aspecto angular. Cualquier soldadura está alisada y pulida utilizando técnicas de cepillado intensivo, mientras que las copias suelen poseer soldaduras descuidadas.

• Los acolchados: en las piezas originales son más sólidos, ya que se utilizan rellenos de mayor calidad, con núcleos de espuma, y están perfectamente adaptados y alineados a las estructuras de la pieza.
• Marca: las piezas reproducidas no llevan grabado en relieve la marca de la casa para poder identificarlas. Cuidado, esto es una medida reciente de las empresas con licencia para asegurar la autenticidad de sus productos, así que, es posible que una pieza antigua no posea estas marcas.

• Acabados: color, material y forma de las tapas, topes, tornillos, botones o costuras dicen mucho de la procedencia de la pieza en cuestión.
• Materiales: los cueros son de la mejor calidad, especialmente tratados para mayor resistencia y extensión de su vida útil en piezas originales. Los cromos y los aceros en las piezas de réplica suelen ser un simple baño de pintura en dicho color.

• Forma y medidas: Hay que fijarse en las curvaturas y en los ángulos, además de las medidas de altura totales y en los anchos de la pieza, ya que una pieza original la respaldan pruebas y estudios de diseño de ergonomía para ser lo más cómoda y estética posible.
• Peso: normalmente las copias son más pesadas que las originales, sobre todo cuando se trata de piezas de plástico.
• Refuerzos: hebillas, tiras para que no se mueva el acolchado de sitio, refuerzos en partes inusuales, o piezas añadidas al diseño original nos confirmarán que se trata de una copia.

• Color: si la pieza está descolorida, el color no corresponde con los originales o tiene una pequeña marca y se ve que posee una pátina de pintura, podremos casi asegurar que se trata de una pieza no original.
• Precio: adquirir piezas originales requiere de un desembolso considerable ya que pagas por el diseño, el autor, la marca, la calidad de los materiales…

En muchos casos las reproducciones son realmente similares y se hace difícil su distinción de las verdaderas sin una comparativa física de ambos modelos presentes de forma simultánea.

Las piezas no originales cumplen una función de democratización del producto. Sin embargo, en muchas ocasiones, los usuarios creen comprar un producto de coleccionista y, aunque pagan por ello, reciben una pieza de escaso valor. Para evitar este problema la mejor arma es la información completa del producto que se desea comprar.

Y tú, ¿sabrías identificar una pieza original de diseño de una copia?