Hoy nos adentramos en una historia inspiradora que nos muestra como todo es posible y que tan sólo tenemos que creer en nosotros mismos para vivir la vida que deseamos. Y esta historia comienza en un poblado de Sudán donde vivía una niña con su familia llamada Alek Wek.
Su vida era simple y acorde a la cultura de su tribu conocida como los Dinka, pero la guerra civil le obligó junto con su madre y hermanos a abandonar su país y su poblado. Pero llegó a Inglaterra donde estaba su hermana, y allí aprendió fácilmente el idioma. Comenzó una nueva vida estudiando en la London School of Fashion. Rondaba el año 1995 cuando paseaba por un mercadillo de Londres y una agente de modelos, Fionna Ellis se fijó en ella y le propuso ser modelo para la agencia Model One. Y así con tan sólo 18 años comenzó su vida como modelo, convirtiéndose en una de las más populares de los años 90.
Sus primeras apariciones fueron en revistas como Vibe o i-D y en el videoclip Golden Eye de la cantante Tina Turner que le dieron el paso a ser fichada por la agencia Ford Models y acto seguido poder desfilar para Alexander McQueen en Nueva York y para otros diseñadores como Gaultier o Chanel en París.
Sus largas piernas y su cabello corto comenzaron a ser muy popular y podía verse en portadas de revistas, desfiles de alta costura y en la imagen de casas de cosméticas como Nars.
Diseñadores de la época como Moschino, Issey Miyake, Yves Saint Laurent o Jean Paul Gautier deseaban trabajar con ella. Se convirtió en una supermodelo.
Sus inquietudes le llevaron en el año 2002 a crear una colección de bolsos llamada Wek 1933 y a escribir un libro autobiográfico titulado Alek: de refugiada sudanesa a supermodelo donde habla sobre el racismo que se esconde en las pasarelas de moda.
Actualmente es considerada una de las modelos más emblemáticas de los años 90 y una verdadera belleza étnica.
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