Quién sea o no amante de las joyas, la palabra Swarovski le transporta a cristales, diamantes, delicadeza y lujo. La marca de joyas Swarovski es un referente en cuanto a joyas y no cabe duda que su exclusividad viene de hace mucho tiempo atrás. Por ello, hoy vamos a descubrir la historia de la marca Swarovski.
Todo comenzó, allá por el año 1862 en las montañas de Bohemia en Austria donde un joven llamado Daniel Swarovski creó una máquina que podía cortar a la perfección el famoso vidrio bohemio que existía en su región, esto dio lugar a que creara su propia producción de joyería. Así en 1895 fundo su negocio junto a sus socios y pudo patentar la máquina que había inventado.
En 1899, Daniel creó el primer logotipo de la marca, basada en una flor de las nieves que simbolizaba a su país Austria. Años más tarde, en 1988 se sustituyo por el símbolo de un cisne que representa la elegancia de la firma de lujo.
Desde sus comienzos, los cristales Swarovski y la imitación del diamante tuvieron éxito, pero fue especialmente en la década de los años 20 cuando la marca tuvo su florecimiento, gracias a su continua colaboración con el mundo de la moda. Los cristales de Swarovski brillaban en los vestidos propios de los locos años 20 extendiéndose desde América hasta las ciudades europeas como París. Además diseñadoras como Coco Chanel o Elsa Schiaparelli quedaron fascinadas con la belleza que aportaba la joyería Swarovski en sus diseños. Así las joyas personalizadas de Swarovski se volvieron tendencia y muchos diseñadores como Christian Dior o Balenciaga las incorporaron.
Desde entonces las joyas Swarovski formaron parte no sólo del mundo de la moda sino también del vestuario del cine de películas emblemáticas de Hollywood como “La Venus rubia” donde aparece Marlene Dietrich con los cristales Swarovski, en “Los caballeros las prefieren rubias” con una deslumbrante Marilyn Monroe con pendientes y joyas Swarovski. También en la mítica película “Desayuno con diamantes”, Audrey Hepburn lleva una tiara Swarovski con el famoso vestido negro.
La empresa se convirtió en un negocio familiar, comenzando con el hijo de Daniel que trabajaría para ella, años más tarde en los 50 pasaría a su nieto que desarrollaría la tecnología de manufactura de cristales de Swarovski multicolores. Hasta la actualidad, después de 126 años la firma de lujo sigue siendo una empresa familiar a manos ahora de la quinta generación, los cuales tienen en cuenta y llevan a cabo con compromiso la filosofía de su antepasado y fundador con estos tres lemas: la calidad, la innovación y el deseo de crear productos de impresionante belleza.
En los años 80, la firma de lujo Swarovski abrió su primera boutique, pero no sólo es responsable de la creación de bisutería, también ha creado impresionantes vestidos, zapatos de cristal, figuras de cristal, instalaciones como el interior de un palacio, decoración de interiores como lámparas e incluso instrumentos ópticos como telescopios.
Actualmente es una de las referentes en joyería de lujo, con casi 3000 tiendas por todo el mundo y con una facturación de cerca de 3.000 millones de euros. Siendo sinómino de belleza, elegancia, lujo y magia.
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