La sostenibilidad es algo indispensable para el diseño del 2018. Este sector está intentando cambiar la moda rápida y de consumo inconsciente y comunicar cómo lo que compramos afecta el medio ambiente. Lo cierto es que no importa cómo o qué consumamos, todo está dejando una huella profunda en el planeta. No obstante, algunas huellas son más éticas que otras. Sin embargo, la ética es engañosa y, a menudo, depende de las creencias personales de un individuo.
El diseño actual está enfocado al “cero desperdicios”, “veganismo”, “slow fashion” y el diseño con materiales 100% sostenibles.
Como diseñadores, tenemos la responsabilidad de considerar el impacto que nuestro trabajo tiene en el mundo. Por ejemplo, a todos nos gustan las tazas de café magníficamente marcadas, ¡pero solo 1 de cada 400 se recicla! Por eso debemos de ser más conscientes y asesorar a nuestros clientes sobre las mejores prácticas y alternativas.
Algunos recursos para comenzar son, por ejemplo, las KeepCup, tazas de café reutilizables para abordar y luchar contra la estadística mencionada.
Otros elementos que nos han salvado de empeorar la huella de contaminación del planeta son las Diva Cup, una alternativa ecológica a los tampones y otros productos sanitarios desechables. Estos objetos abogan por los valores del diseño sostenible, que se basan, sobre todo en aceptar nuestra responsabilidad como diseñadores en el bienestar del ser humano, en la viabilidad de los sistemas naturales y su derecho a coexistir y en trabajar para no cargar a las futuras generaciones con un mantenimiento destructtivo, derivado de la creación descuidada de productos.
En el mundo de la moda también se ha extendido la sostenibilidad. Un ejemplo es la marca Mayamiko, una etiqueta de moda con diseños y patrones coloridos. Una gran ventaja es que la colección de ropa, accesorios y artículos para el hogar está hecha éticamente en Malawi, fusionando el diseño contemporáneo con las técnicas africanas tradicionales.
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