El secreto mejor guardado de Wes Anderson

Se ha hablado mucho sobre ‘Isla de perros’, la última película de cine en stop-motion cuidadosamente creada por el director alemán Wes Anderson.

La historia nos transporta a un futuro próximo donde viviremos una versión imaginaria y distópica de Japón. Ambientada en la ciudad ficticia de Megasaki, cuenta la historia de un brote de gripe canino que provoca que todos los perros queden ilegalizados y sean enviados a un vertedero costero llamado Trash Island. Pero cuando Atari Kobayashi, de 12 años, huye de su casa para ir a buscar a su perro Spots, provoca una cacería humana que acabará de forma sorprendente.

La película goza de un espectacular diseño de producción, increíblemente detallado. Adam Stockhausen y Paul Harrod crearon cientos de marionetas humanas y animales, así como docenas de intrincados decorados. El papel del diseño gráfico en Isle of Dogs es un poco menos obvio. La diseñadora gráfica principal es Erica Dorn. Con su equipo, Erica estuvo dos años creando miles de accesorios hechos a mano en varios tamaños para la película. Los diseños incluyen desde carteles tipográficos de la tienda japonesa hasta envases para productos alimenticios y periódicos y carteles de propaganda.

Dorn tiene su base en East London, pero anteriormente vivió en Japón, un factor que la hizo invaluable cuando la trajeron para trabajar en los gráficos de la película. Tomar las riendas del proyecto, según Dorn, fue increíble y agotador a la vez. Su día comenzaba a las 8 am y normalmente implicaba trabajar en un número cada vez mayor de diseños de utilería, mostrárselos a Anderson y luego conseguir que el director los aprobara o, en caso contrario, volver a la mesa de dibujo. Algunas veces se aprobó un diseño por primera vez, pero otros accesorios pasaron por hasta 25 versiones diferentes.

“Mi trabajo era jugar un juego de Tetris”, dice Dorn. “Se trataba de ir por una lista de tareas, pero debido a que la lista no paraba de crecer, el juego consistía en eliminar cosas más rápido de lo que se añadían. Además, Anderson es notoriamente perfeccionista y no toleró ningún atajo cuando llegó el momento de trabajar con los gráficos de la película, a pesar de que muchos de ellos son apenas perceptibles”, dice Dorn.