Para crear un packaging genial, que sea atractivo e invite al consumidor a adquirir ese producto influyen muchos elementos, uno de ellos es el uso del color.
Diversos estudios han demostrado que la relación entre el cliente y los productos que adquiere es mucho más compleja de lo que se pueda esperar a simple vista. Algunos de los impulsos que llevan a las personas a comprar un determinado artículo son irracionales, subjetivos y emocionales.
La neurociencia y la psicología ha puesto de relieve que los colores tienen una gran influencia a la hora de escoger y crear un vínculo con las marcas y productos. El poder de los colores para establecer relaciones con los objetos es muy fuerte, pudiendo incluso lograr que se cambie el modo en que se percibe determinada información consiguiendo que se vea de un modo completamente diferente.
En general los colores oscuros se asocian a datos negativos y los colores más alegres para informaciones más divertidas. Emplear un color adecuado en un packaging efectivo puede ayudar a las marcas a destacar algunos valores propios de la compañía. Los colores potencian las características destacadas del producto, aquellas que la marca quiere que se hable sin tener que utilizar palabras.
Los colores tienen una gran influencia en las emociones, así como un importante poder en nuestro estado de ánimo impactando en nuestros sentimientos y haciendo que nos sintamos mejor.
El significado de los colores es muy variado y para realizar el packaging perfecto se tendrá que escoger aquel que mejor represente los valores de la marca. Pero ¿qué sentimientos transmite cada color?
Rojo: se asocia a sentimientos que van desde la aventura hasta el peligro. A la hora de usarlo en diseño gráfico suele identificarse con la fuerza, el vigor o la pasión. Con este color es importante la gama cromática, ya que las tonalidades más claras se asocian con con valores de éxito, energía y gozo; el rojo intermedio, con la fuerza y movimientos apasionados; el fuerte para mostrar calidez y eficiencia; el color cereza, en cambio, está más vinculado con la sensualidad.
Rosa: Tradicionalmente se asocia a lo femenino. Transmite sentimientos como delicadeza, inocencia y el romanticismo. Es recomendable para packaging de productos femeninos, infantiles o golosinas.
Amarillo: Nos transporta a días soleados, se relaciona con la alegría y la felicidad. Aporta frescura a cualquier packaging.
Naranja: Energía y vitalidad, va muy bien en productos destinados al público joven.
Blanco: Simboliza la paz, la simplicidad y la pureza. Transmite valores de honestidad, elegancia y estilo. Puede ser útil para packagings de cosmética.
Negro: Puede representar cualidades como el estilo o poder. Generalmente es utilizado para packagings que quieran destacar la elegancia y riqueza. Tradicionalmente no eran utilizados en productos alimenticios, pero esta tendencia está cambiando ya que muchos productos de alta gama han tomado prestada la etiqueta “Black Label” más propia de bebidas o perfumes con fantásticos resultados.
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La lechera se transforma | Blog de DSIGNO
20/12/2017 at 12:40 am[…] pretende convertir estos locales en espacios familiares y acogedores. Con todo, este rediseño de packaging es un claro ejemplo de que la mancha cromática triunfa en el […]