Andreasson utiliza colores llamativos y planos, así como detalles mínimos para crear retratos con carácter e imágenes. «A veces hago referencias a obras de arte históricas, yuxtaponiéndolas con fenómenos más contemporáneos».
Andreasson pertenece a la corriente de mujeres ilustradoras del norte de Europa. Mujeres que nacieron en los 90 y que ya se han cansado de ver el mismo cuerpo ideal que se promueve una y otra vez en la publicidad, el cine o la ilustración. Para Sara Andreasson es refrescante dibujar algo diferente a eso. Además, después de haberse pasado buena parte de su adolescencia luchando contra un trastorno alimentario, tiene un relato muy personal de cuán dañino puede ser ese tipo de imágenes.
Después de seis años estudiando diseño de productos e ingeniería en la Academia de Diseño y Artesanía de Gotemburgo, Andreasson dejó de lado su carrera centrada en el diseño de muebles para probar en el mundo de la ilustración.
La paleta de colores distintivos de Andreasson se centra en azules y tonos mostaza, resaltados con anaranjados. Sus ilustraciones se centran en la crítica a las normas, los problemas de las mujeres y la igualdad.
Otras veces juega con cuerpos que se salen de la norma, como muestra su pasión por retratar a mujeres culturistas. Para ella es básico crear imágenes que no refuercen los estereotipos. Se declara “activista discreta”. Seguiremos de cerca su creatividad femenina.
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